Si al niño no le gustan las verduras, dale más
¿Cuál de las siguientes aseveraciones es más “normal”?:
a) A mi hijo no le gustan los vegetales.
b) A mi hijo le encantan los vegetales.
Si digo que es la primera, no creo que la consideren una opinión demasiado controversial.
Los gustos son aprendidos. Pónganse a pensar por qué a la gente le gusta la cerveza o el intenso sabor amargo del licor Campari. O por qué alguien puede disfrutar la apariencia y consistencia similar a un escupitajo de un ostión (cuánta hambre debe haber tenido el primer hombre que decidió comer uno). O por qué alguien puede sorber con alegría la yema líquida de un huevo estrellado “tiernito”. La respuesta: porque aprendieron a hacerlo a base de repetición y probablemente siguiendo un ejemplo. De igual forma, a los bebés hay que enseñarlos a probar diferentes alimentos. Eso empieza desde la ablactación (la introducción de sólidos a la dieta).
Hay múltiples estudios buscando la estrategia óptima. Uno interesante dividió niños de 4 a 6 meses, del Reino Unido, Grecia y Portugal en dos grupos: a los del grupo de la intervención les estuvieron dando 5 vegetales nuevos y diferentes, uno diario, por 15 días (repetían el ciclo 3 veces); y a los del grupo control no les indicaron algún alimento específico así que siguieron con sus rutinas y costumbres normales. Después de 15 días les ofrecieron un puré de alcachofa a todos, y los del grupo de la intervención lo aceptaron más (al menos en los niños británicos). La alcachofa no era parte de los 5 vegetales del programa así que los autores concluyeron que la exposición repetitiva a vegetales diferentes hizo que esos niños probaran con gusto la alcachofa (1).
Así como ese hay decenas de estudios. Una revisión Cochrane “viva”, que quiere decir que se actualiza cada vez que aparece un estudio nuevo, los recopila todos (2). Las conclusiones son que esas intervenciones dirigidas a aumentar la exposición de vegetales o frutas a los bebés funcionan de forma modesta a corto plazo. Pero todos esos estudios son difíciles de hacer y existen aún muchas dudas de sus efectos a largo plazo. Tal vez eso explique la historia de terror del niño que comía muy bien sus vegetales cuando era bebé, pero después de cumplir 2 o 3 años ya no come ninguno.
Sea como sea, yo creo que no nos vamos a poner a alegar que los estudios tienen baja calidad. Fomentar la ingesta de frutas y verduras es un bien para todos, y la repetición y el ejemplo parecen ser nuestros aliados.
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- Fildes A, et al. An exploratory trial of parental advice for increasing vegetable acceptance in infancy. British Journal of Nutrition 2015;114(2):328-336.
- Hodder RK, et al. Interventions for increasing fruit and vegetable consumption in children aged five years and under. Cochrane Database of Systematic Reviews 2019, Issue 11. Art. No.: CD008552.