Dejar o no dejar llorar hasta que se duerman
Ya lo he dicho en otras ocasiones, el sueño de los niños, o más bien la falta de, puede ser la pesadilla de los papás. Las diferentes etapas en la infancia tienen diferentes rangos de normalidad. Hay niños dormilones casi desde que nacen, y también hay esos niños que “odian” las siestas y luchan con todas sus fuerzas para no dormirse. Y durante el primer año, en algún momento de frustración porque no está durmiendo bien en las noches tu bebé, recibirás la sugerencia de dejarlo llorar en su cuna y te preguntarás si eso hace daño.
Existen diversas técnicas para el entrenamiento del sueño, o llanto-controlado como se le denomina a veces. Por un lado tenemos la versión de Robert De Niro en la película de los Fockers: dejarlos llorar hasta que se cansen y se duerman. Ésta es la más extrema y se le llama “extinción”. Hasta el término suena radical. Luego tenemos versiones en las cuales los papás dejan llorar al niño, pero regresan y los atienden y les hablando bonito y les dicen que todo estará bien, y salen del cuarto por intervalos cada vez más largos. Finalmente tenemos los “campamentos”, en los cuales los papás “acampan” en el cuarto del niño y poco a poco se van saliendo.
Las técnicas de entrenamiento del sueño son eficaces. Una revisión de 52 estudios encontró que eran exitosas en un 94% (1). Pero definitivamente no son para todos. Para empezar, no son para bebés menores de seis meses. Los primeros meses son diferentes porque los ciclos del sueño dependen de la necesidad de comer durante el día y la noche. No es hasta los cuatro meses cuando ya más de la mitad de los niños podría dormir toda la noche. Por razones obvias, tampoco son para aquellos papás que no soportan ver llorar a su bebé ni un segundo. Y nadie debe juzgar a dichos papás por no querer intentar estas técnicas.
El punto que quizás deja inquietos a papás que desean implementar estas técnicas es que pueden haber oído que los niños “se trauman”, que el cortisol (una hormona relacionada al estrés) les aumenta y que puede provocar daño psicológico. Ha habido ensayos clínicos con seguimiento hasta los 5 años, donde se ha demostrado que no hay efectos dañinos con estas estrategias (2). En realidad, lo que trauma a los niños es el abandono familiar. Un niño atendido, que recibe amor diario y continuo, no se va a traumar si lo dejan llorar unos momentos. Recordemos que estas técnicas no son permanentes, nomás se usan unos días hasta que el niño aprende a dormir.
Así que si estás desesperado y quieres intentar este tipo de entrenamiento, o si aún tienes dudas al respecto, platícalo con tu pediatra. El sueño es salud, no debe ser una pesadilla.
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1. Mindell JA, et al. Behavioral treatment of bedtime problems and night wakings in infants and young children. Sleep 2006;29:1263–76.
2. Price AM, et al. Five-year follow-up of harms and benefits of behavioural infant sleep intervention: randomized trial. Pediatrics 2012;130:643–51.