Qué pasa si te tragas un Lego
Se termina noviembre y se acerca la Navidad. Antes, las decoraciones y las compras comenzaban después del día de la Revolución Mexicana. Ahora empiezan en cuanto acaba el Día de Muertos. Por lo visto nunca es demasiado temprano para planear el regalo perfecto y para poder buscar juguetes casi imposibles de conseguir pero que por supuesto desean tus hijos o sobrinos o ahijados.
Todos los años, las academias y sociedades de pediatría dan recomendaciones sobre cómo escoger y comprar juguetes seguros. Un consejo que aparece en todos esos comunicados es sobre cuidar que el tamaño de las piezas sea apropiado para que los niños menores de tres años no se los traguen o atraganten con ellos. Algunos dicen que el juguete debe ser más grande que la boca de un niño. Otros dan el tip de que al menos debe ser lo suficientemente grande como para que no quepa dentro del rollo del papel sanitario. Pero aún con esas recomendaciones preventivas, muchos niños terminarán degustando alguna pieza.
La ingesta de un juguete puede llegar a ser una urgencia o ser algo muy trivial. Si un niño se traga una batería de botón, la atención médica debe ser inmediata. También si el objeto bloquea la vía aérea, o si se queda atorado en el esófago. Pero en muchas ocasiones puede ser algo muy pequeño, tal vez una pieza muy pequeña de plástico que se traga sin problema y se considera que tiene el riesgo de obstruir. Cuando pasa esto último, por lo general no hay otra cosa más que esperar. Y si esperamos, ¿cuánto tiempo tardará en salir por el otro lado?
Como la ciencia siempre trata de contestar las dudas existenciales más importantes del ser humano, recién se ha publicado un estudio al respecto (1). Seis intrépidos pediatras, bajo su propia voluntad, se tragaron una cabeza de figura de Lego y midieron en cuánto tiempo lo expulsaban. El promedio fue 1.71 días. Con ese tan pequeño tamaño de muestra no podemos generalizar mucho los resultados, y menos a niños, pero hay que darles crédito a los autores por su curiosidad y por lo ocurrente del título (referente a la canción “Todo es increíble”).
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- Tagg A, et al. Everything is awesome: Don’t forget the Lego. J Paediatr Child Health. 2018. Nov 22.